jueves, 12 de marzo de 2009

EL PROFESOR DEL SIGLO XXI


Algunas temáticas, de las intervenciones en el curso sobre: metodología y evaluacion en el marco de las competencias básicas.

Las consideraciones, que nos pueden ayudar al debate y la puesta en común de los puntos tratados en la exposición, sobre los requerimientos que desde distintos ámbitos sociales, se hacen al centro educativo y por tanto al profesorado que ha de llevarlos a cabo, en un contexto cambiante, plural y complejo.

Entender que el profesorado del siglo XXI, está ahora en el parvulario, los demás tenemos que ir adaptando nuestro pensamiento y nuestras maneras de realizar los procesos de enseñanza/aprendizaje de acuerdo con el marco competencial, en el desarrollo de las competencias básicas en una escuela democrática, no selectiva, que tiene en su horizonte educativo el lograr una preparación de los alumnos/as para un futuro incierto, con trabajos cambiantes y con una gran complejidad en las relaciones humanas, en un marco cada vez más plurilingüe y más pluricultural, con unos conocimientos cambiantes en sus contenidos, en la forma de acceder a ellos y en la manera de contenerlos, más alla de los soportes textuales y que requieren de un aprendizaje de maneras de acceder a esas redes de conocimiento e información.

Las intervenciones han ido en la línea de que lo mejor en educación está por venir, así lo creo, porque hay muchos /as profesores/as que están comprometidas con el estudio de las ciencias, que alumbran nuevos conocimientos, sobre cómo las personas nos relacionamos y aprendemos.

A lo largo de las intervenciones, hemos hecho un recorrido por la profesionalidad docente, desde el transcurrir de siete leyes educativas, hemos analizado los pasos que se han ido dando en la construcción de esa profesionalidad docente, desde los requerimientos sociales y la evolución económica que hemos desarrollado. El paso del ayer a hoy viene por lo que hemos ido aprendiéndo y desaprehendiendo por el camino y ahora necesitamos contextualizarlo ante una nueva realidad que nos hace unos requerimientos para los cuales, necesitamos formación y no sólo en contenidos académicos, sino en contenidos actitudinales, que nos permitan el desarrollo de las ocho competencias, que son básicas porque:
  • -Tienen que estar al alcance de todos/as los ciudadanos.
  • -Tienen que servir para apoyar nuevos conocimientos.
  • -Tienen que servir para aprender a aprender a lo largo de la vida.

Hemos hecho especial hincapié en dos de ellas como constitutivas de banco de recursos para todas las demás:
  • -La competencia comunicativa lingüística.
  • -La competencia social y ciudadana.
La necesidad de la coordinación de los aprendizajes, que son comunes a todas las demás competencias, pasan por el buen desarrollo de un proyecto lingüístico de centro. El Marco Común Europeo de Referencia de las lenguas.

El desarrollo de la competencia social y ciudadana, tiene en cuenta los cambios que desde la escuela democrática, demanda una toma de palabra, como sujetos individuales, para mejorar la convivencia social y evitar el fracaso y la exclusión social en el marco de los derechos humanos y las leyes constitucionales.

Ante los cambios, la sociedad demanda un nuevo docente, con una buena formación académica y con habilidades sociales, que le permitan desarrollar unas actitudes coherentes, con la importante tarea que se le encomienda. En este camino hay muchas dificultades, que provienen de distintos ámbitos: personales, del centro, de la sociedad y que necesitamos sortear con nuestro compromiso y el deseo, de que el centro dónde yo trabaje, sea el mejor posible.

Las competencias del profesorado y las competencias que tiene que desarrollar el alumnado,”para poder construir su conocimiento, con la experiencia personal, las herramientas de la sabiduria, los instrumentos de la mente y los lenguajes del pensamiento.” (Socrates) configuran un nuevo rol docente que tiene como objetivos:
  • La mejora de los centros educativos con la apertura al entorno y la creación de redes de centros.
  • Una escuela democrática, vertebrada, capaz de conseguir un salario básico educativo, para que todos y todas seamos capaces de desenvolvernos en la sociedad del conocimiento y evitar la exclusión social.
  • La consideración de la sostenibilidad de las reformas, teniéndo en cuenta su personalidad, para no pervertirlas y convertirlas en más de lo mismo.

Por último decir que la escuela perfecta no existe, una escuela funciona si existe:
  • -Un equipo de profesores/as con un proyecto común.
  • -Un proyecto educativo y curricular integrados.
  • -Unas relaciones adecuadas con el entorno, las familias y entre los distintos miembros que constituyen la comunidad educativa.

Estas son a modo de recuerdo algunas de las consideraciones tratadas en las intervenciones sobre: el profesor del siglo XXI.

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